¿Cómo se te ocurrió morirte
Ana María? ¿Adónde iré a parar yo ahora con mi carga de recuerdos desesperados?
¿De qué manera olvidarte? Donde refugiarme...no lo sé. Tal vez deba caminar el
sendero de la aspereza hasta que mis pies se vuelvan desollados. Tal vez me
arrodille en la 9 de Julio frente al escenario donde alguna vez vimos a
Barenboim y le pida perdón a la ciudad por no tenerte. ¿Qué fue lo que pasó, cómo
pudiste hacerlo? Yo creo que debiste insultar a la muerte. No hubiera venido
mal una amenaza para que se aleje esa perversa vieja encapuchada. ¿Y por qué
tan lejos mío? ¿Porque me abandonaste? ¿Era
en verdad necesario? Nunca lo entendí
del todo.
Y ahora, en esta noche
tenebrosa, solo en casa, con la copa de vino, sentado en mi sillón y escuchando
música me llega el mensaje brutal. Que
quieres que te diga ángel de Floresta, no puedo disculpar que no estés aquí. Y
no me refiero a que no estés aquí ahora a mi lado. Eso hace ya mucho que lo
determinaste. Me refiero simplemente a que no te encuentres hoy en este ridículo
planeta infinitesimal. Tan parecido a la nada y que se la pasa dando vueltas
alrededor de un sol que un día terminará por apagarse. A mí con eso me alcanzaba
aunque ya no te tuviera. Tan solo deseaba saber que estabas aquí, en la Tierra cuántica. Con tu
inocente sonrisa indescifrable, con tu nariz respingada y ese flequillo que yo
tanto adoraba. Te diré que voy a hacer: me arrancaré cada recuerdo uno por uno,
borraré las fotos digitales y esta tarde lloraré si es que puedo. Y luego por la noche, mientras me toque
dormir, te convertiré en el objeto de mi sueño devastado.
Hasta siempre corazón, o hasta
nunca que es más o menos lo mismo.
Desde hoy, y en mi profundo
dolor, empiezas a ser parte del pasado.
©2019
Hermoso réquiem . Ella se sentiría feliz de leerlo. Y otro plano tal vez lo pueda estar sintiendo.
ResponderEliminarGracias Lili por la visita y el comentario.
EliminarSí, amigo, Ana María es parte de tu historia. Una historia que no se arranca con un deseo ni con una toma de decisión. Me conmueve tu sensibilidad, sé de tu forma profunda de amar y sé también que es hermoso este homenaje a alguien especial en tu vida. Ella, sin duda, está en un plano superior. Si alguien tan joven muere es porque ya no tiene nada más que pagar ni aprender, ella está liberada; y tú debes sentirte feliz por su liberación. Un abrazo full, amado amigo; uno que llegue a tu corazón. Mi más sentidas condolencias. Te requiero, amigo hermoso.
ResponderEliminarMuchas gracias Sofy. Ese tipo de afirmaciones espirituales me resulta de mucha ayuda para ver las cosas desde otro enfoque no no sea el meramente material. Un beso grande. Gracias por pasar por el blog.
ResponderEliminarNéstor, tu determinismo dirá que por algún motivo ocurren las cosas. También creo que se ha liberado y pasó a otra dimensión.
ResponderEliminarGracias Guille por la visita y el comentario. Fuerte abrazo.
EliminarImpactante y doloroso Nes. Comparto tu dolor.
ResponderEliminarMuy amable Carla, gracias, un cariño grande.
ResponderEliminarLa tristeza de la pérdida de un ser querido que nos arranca la muerte es un golpe emocional difícil de superar. Cuando pensamos que tenemos una sola vida la fatalidad es más profunda y se transforma en un peso que a veces no podemos soportar. Puede ser una novia que nos ha dejado o una mujer amada en la madurez de la que nos hemos separado. Pero de todos modos ha sido un ser amado que nos ha dejado recuerdos gratos en la memoria. Cuando llega el silencio no podemos evitar que nos atraviesen las dolorosas agujas de la soledad. Hermoso texto, Néstor, amigo.
ResponderEliminarAriel
Gracias Ariel por tu comentario y las reflexiones que incluye. Sé de los riesgos que conlleva escribir acerca de la muerte de alguien querido pero a veces uno no tiene salida y siento que debe hacerlo. Gracias por la visita. Un abrazo.
ResponderEliminarEl duelo a la muerte de alguien a quien se ha querido es muy difícil porque hay que acostumbrarse a que ese amor, que no baja en intensidad, no sea correspondido. El tiempo ayuda a "acostumbrarse" a vivir con ello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Manuela. Ciertamente es así. Aunque en este caso yo mismo me he sorprendido de la intensidad que llegué a sentir ante lo que había pasado.
Eliminar