jueves, 13 de diciembre de 2018

Reflexiones de Diciembre


            Hace un par de días cumplió años mi hija y al día siguiente los cumplí yo. Si nos atenemos al almanaque, ella vino de regalo a mi vida y ciertamente lo fue. Hemos pasado juntos un par de jornadas de festejo en familia pero no exentos de champagne. Dos días que se estiraron luego a tres porque siempre es poca la celebración.
Todo muy civilizado.
Mi automóvil tuvo un percance y viajé en una parte del trayecto junto a mi ex esposa y a su actual pareja. Las cosas están más o menos bien entre los tres. Aunque debimos tomar algún recaudo debido a los celos de él. Por ejemplo, el regalo que mi esposa había comprado para mí me lo entregó mi hija en su lugar.
Llevamos veinte  años separados, aunque veinte años no es nada, como dice el tango. Por momentos estuvimos largos meses sin mantener contacto salvo para los cumpleaños o fechas similares pero últimamente nos enfermamos los dos y eso hizo que nos acercáramos mucho el uno al otro. Desde ya que solamente me causa preocupación su salud. No tengo ninguna  intención de reanudar nada. Pero su pareja, como es natural, desconfía.
Ahora es domingo y anochece. Se ha terminado el tercer día: es el festejo en mi país de la Inmaculada Concepción de  María y estoy solo en la quietud de mi casa. Me encuentro lleno de regalos,  reflexionando y sentado frente al teclado.
Acabo de preparar café y puse a Bach en el equipo de Audio.
He querido escuchar la Pasión según San Mateo, pero no completa, claro. Solo puse el Coro Final. He cobrado adicción por ese coro. Mi alma se llena de una gran felicidad cuando lo escucho. Y muchas veces me alienta en algunas convicciones que tengo acerca del arte y del tiempo que se va.
No quiero incurrir en excesos. En general soy muy parco al adjetivar pero para mí este coro es sublime de verdad.
Y eso me ayuda mucho a reflexionar.
Es que últimamente tengo serias cuestiones con la vida en general. A la mañana, cuando me afeito me miro al espejo con alguna desconfianza. Conservo casi todo el pelo pero se me ha vuelto blanco de un día para el otro. Hace un tiempo me lo recordó mi hija:
—Papá—dijo con un cierto desenfado— Estás completamente canoso.
Tengo además una relación lejana con mi correctora, a la que adoro de verdad. Ella sabe de quién hablo. Lo cierto es que vive muy lejos pero en la pantalla la distancia es solo un factor más.
 Hace poco le escribí un texto solamente para ella, pero tiene algunas implicancias adicionales y no sé si se lo habré de mandar. Nos bombardeamos a Gmail, a Skype y Whatsapp. En uno de sus últimos mensajes que me dijo que me notaba triste en las fotos y yo le dije que no estaba triste sino que estaba cansado.
De todos modos ella me vio mal. Y no quiero que mi correctora me vea mal.
Supongo que parezco introvertido y desde ya que lo estoy. Hay una cuestión de fondo en estas cosas y todos sabemos cuál es. He tomado una actitud frente al paso del tiempo desde hace varios años. Tengo una mirada algo triste, es verdad, pero también tengo la aceptación serena de esa misma tristeza. Y dispongo de una sonrisa que mira a la angustia desde lejos y con mucha calidad.
Coraje tengo de sobra y temple no me va a faltar.
A veces le digo a ella, a mi correctora, que siento como si en estos días  se derrumbara sobre mí todo el peso increíble del pasado. Las dudas, los errores, la temeridad, la valentía, los viajes que hice, los poemas que escribí y las bocas que he besado de manera insensata.
En fin, que es domingo y se acerca la noche. En una semana llegará el solsticio pero ahora son las siete de la tarde y  el clima se torna muy húmedo y oscuro.
No tengo miedo, solo tengo aprensión por el tiempo  que pasa.
Y a veces cuando estoy rodeado por la desilusión y el desencanto me pongo a pensar que  la vida no puede ser entendida por nadie.
 La vida es tan solo, un conjuro insondable.


©2018

14 comentarios:

  1. Bellas y también dolorosas reflexiones. Disponés de la virtud de combinar el amor y el dolor. Muy bueno, me gustó mucho.

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  2. Un amplio abanico de reflexiones que casi te podría decir que tocan toda la existencia humana. De3cir que me gustó es poco. Un abrazo Néstor.

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  3. Me encantó Nestor, se me llenaron los ojos de lágrimas. Felicitaciones!

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    1. Bueno, gracias Alicia. Cuando uno escribe busca emocionar al lector y parece que en tu caso lo he logrado. Un cariño grande. Y pasa bellos días!

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  4. Me gustó mucho el tono franco de tus expresiones.Buena calidad de vocabulario y construcción clara y elegante.Hay "envejecidos"por todos lados. La mayoría nos refleja y los soslayamos. Pero el espejo no miente. Y bueno. A vivir como sea.

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  5. Muchas gracias beba. Es un placer verte de visita por acá. Realmente no hay otra manera de hacer camino que andar. Tal como decía Machado en su archifamosa frase.Y en ese andar cambiamos y envejecemos. Eres muy amable. me alegra que te haya gustado!

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  6. Reflexiones lucidas pero también dolorosas. El tiempo pasa Néstor y es inevitable.

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  7. Ciertamente el tiempo pasa. Pero hay que hacerle frente con la mayor calidad posible. Un beso Graciela. Pasa un bello fin de semana!

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  8. Cada uno transforma su propia realidad en contenidos simbólicos para guardarla en la memoria. Estos contenidos son únicos porque proceden de la experiencia propia. Y aunque son intransferibles en toda su riqueza, de todos modos podemos comunicarlos, por ejemplo, por medio de un texto como este que los demás interpretarán a su modo. Por fortuna siempre habrá alguien leyendo que nos dejará un comentario para dar fe de que todavía estamos vitales y no hemos perdido la cordura. Excelente texto, Néstor. Un abrazo.
    Ariel

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    1. Gracias Ariel. Son momentos, minutos (o acaso horas) que uno se sienta frente al teclado para exponer (y exponerse) como parte de eso que llamamos "vida" casi sin saber bien de lo que estamos hablando. Son visiones personales que necesitamos hacer conocer. me alegra que te haya gustado. Otro abrazo.

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  9. Un buen relato donde se combinan armoniosamente realidad y fantasía. Siempre estos relatos tocan alguna fibra que queda vibrando en el interior de uno, ya que se combina con alguna vivencia propia.

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    1. Gracias Guille. Sos muy amable, me alegra que te haya gustado!

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