En casa, frente
al equipo de audio, escuchando a Bach.
La
primera parte de la Pasión según San Mateo, apenas el coro inicial y nada más.
Tengo el controlador remoto en mi mano izquierda y en la derecha un vaso de
Chivas Regal. Afuera se oye el murmullo lejano, pero constante, de la gran
ciudad. Hace pocos días que he cumplido años. El tema de la edad me perturba un
poco, aunque tampoco demasiado. Y mientras escucho al genio de Eisenach bebo un
sorbo y me recuesto en el sillón preferido de mi casa.
Lo
primero que me pregunto es si vale la pena vivir muchos años.
Quien
me viera recostado allí se avergonzaría de mi pregunta. Hay tanto dolor en el
mundo que parece una insensatez o una burla que un tipo como yo proponga semejante
interrogante. De todos modos la cuestión me importa. ¿Qué pasará cuando mi
cuerpo se vaya deteriorando? Supongo que
cuantos más años viva, más viejo habré de ser. De tan pueril la cuestión se
torna dramática. A veces me parece que el Universo se maneja por ciclos, que
todo evoluciona hasta un cierto punto y luego vuelve a su posición anterior. Y
que ese gigantesco engranaje, esa máquina gigantesca sigue su rumbo sin
importarle absolutamente nada de los seres humanos.
Pero
me parece, nada más, porque hoy no estoy muy seguro de nada.
Bebo
un sorbo del scotch, me levanto del
sillón y me acerco al ventanal. Vivo en un piso muy alto y la Autopista del
Oeste es apenas un río de luz que se aleja de mi vista. Las luces amarillas
vienen, las luces rojas de los automóviles indican que se van. Al igual que los
amores de mi vida, con los que he compartido tantas cosas y que ya no están.
Hace
poco me he separado de ella, mi último amor.
Nada
del otro mundo, algo habitual.
La
gente se junta y se separa en el planeta de manera permanente y sin que esas
cosas le importen demasiado a nadie. Yo fui quien tomó la determinación así que
no tengo excusas ni valen los arrepentimientos. Soy el responsable de mis
propias acciones, no le puedo pedir perdón a nadie, ni siquiera a Dios.
Igualmente
hay algo que no me cierra.
Dejo
el ventanal, vuelvo al equipo de audio y recomienzo desde el control remoto la
Pasión según San Mateo de Bach. Amo tanto ese coro que me he vuelto adictivo. No estaría mal morirme mientras lo escucho.
Mañana
saldrá el sol.
Me
afeitaré, me vestiré e iré a mi trabajo, como todos los días. Ya no la tendré a
ella en las imágenes de mi memoria ni tampoco su foto en la pantalla del
celular. Pondré en marcha el automóvil, beberé mi café y ensayaré una sonrisa si
es necesario.
La
vida seguirá por completo ajena a mis especulaciones, independiente de mis
pensamientos y libre de mis suposiciones. Nada habrá de cambiar en el orden
cósmico, el tiempo del que dispongo irá pasando y el universo continuará como
ha continuado siempre luego del estallido del Big Bang.
Ténganlo
por seguro.
Nada
distinto va a pasar.
Las
estrellas seguirán brillando. Los planetas seguirán girando. Lo agujeros negros
tragando materia y las supernovas estallando por toda la eternidad.
Y mi
querido dolor también se irá disolviendo con el transcurrir del tiempo al igual
que el hielo del whisky, porque si la eternidad existe, cosa que no creo,
seguramente pasaré por ella escuchando a Bach.
©2017
Buena la idea de publicar el video. Bueno lo mundano del alcohol y la depre de un domingo por la noche en contraposición con la elevación espiritual que genera Bach. Bueno el descrédito de la eternidad pero escuchando la música que evoca la pasión del Salvador
ResponderEliminarGracias Guille. Podemos comentarles a los otros lectores del blog que hoiy nos hemos encontrado personalmente y hablamos del tema. Es de verdad magnificente el coro y la orquesta. Mi escrito se subordina a ellos. Y yo estoy feliz de que eso pase.
EliminarEnvejecer depende de tu mente.Mañana es mi cumple....y no veo
Eliminary no quiero ver
lo que no tengo....
lo que perdí porque seria lastimarme
Me miro en el espejo y le sonrío
es esto felicidad????
es un momento mas
que estoy viva!!!!! Vivite
viví el momento
no vayas a ella
ella ya no está
buscá otra mejor que ella
mas joven
o mas vieja
con otro perfume frances
que te haga palpitar
tic tac ..tic tac
el alma que esta sedienta de momentos
de cosas nuevas.
Usá tu mente y mientras la vqayas creando a tu manera la conoceras.
Portque al verte esribir como escribás
las ganas vuelven
Tus consejos para mi son órdenes Mucha. Todavía puedo amar a una mujer como se debe y hasta mejor que antes. Todavía no escribí mi mejor texto, los que me den por muerto se van a llevar una gran sorpresa. Pero...¿Por cuánto tiempo más? Un beso corazón. Mañana te saludo por el cumple.
EliminarTen por seguro Nestor que nada ni nadie hará cambiar el rítmo de las cosas,... ni tan siquiera Bach. Así que el lunes,... como siempre. Mientras tanto te deseo el mejor domino que seas capaz de pasar!
ResponderEliminarGracias Baile del Norte. Eres muy anable. Un abrazo.
EliminarLa soledad de la noche del domingo a veces se presta para este tipo de cosas, muy buen relato Nes. Me pareció maravilloso el video. Lo escuché dos veces.
ResponderEliminarQue bueno Carlita. Siempre tan consecuenbte con mis cosas. Beso y abrazo grande. Que tengas una hermosa semana.
EliminarEsta historia tiene una especie de monólogo del personaje que la cuenta. Perdió un amor y teme envejecer. No es un tema nuevo Néstor pero tu dispones de todo un arsenal para contarnos lo que pasa de manera diferente. Algo así como un sello personal, creo. Adhiero a la belleza del video y a su calidad musical segun han comentado antes que yo. Un beso. ANDREA.
ResponderEliminarSiempre me gusta hallarte de visita por estos lares mi querida Andrea. Me alegra que te haya gustado el texto y el video adicional del coro de Bach. Pasa una bella semana quieres? Otro beso y cuidate mucho.
ResponderEliminarLas reflexiones de la noche del domingo son implacables, no sé si en otras ciudades pasará lo mismo, no sé si en otros sitios habrá personas tan sensibles, no sé si habrá escritores que las puedas contar tan bien.
ResponderEliminarAriel
Gracias querido Ariel del porteño barrio de Palermo. Me enorgullecen los elogios de alguien de tu sensibilidad personal y literaria. Por privado combinaremos de vernos antes del fin de año. Un fuerte abrazo.
EliminarUna delicia esa introspección del protagonista. Y el contraste del ámbito moderno y el clásico coro de Bach. Te felicito, me gustó mucho.
ResponderEliminarGracias Graciela, me alegra que te haya gustado!
EliminarHace rato que no pasaba por aquí. Ya te mandaré mail Néstor. Algunos avatares de la vida REAL me pusieron las últimas semanas contra las cuerdas. Pero aquí estoy de nuevo, y siempre es un placer para mí leer tus textos. Esas realidades inventadas (o no) me llegan muy profundo. Un beso.
ResponderEliminarTe agradezco mucho Mónica. Otro beso.
EliminarMe ha gustado esa reflexión del protagonista en un domingo cualquiera, son esos temas que a todos nos preocupan en algún momento y todo eso amenizado con ese fabuloso coro que pone "la piel de gallina" y me quedo con ese final, nada ni nadie hará cambiar el ritmo de las cosas, así que saboreemos nuestra vida.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Conxita, me alegra que te haya gustado. A mi siempre me ha causado impresión esa imperturbabilidad del Universo. Y con respecto al coro y su magnificencia uno se queda de verdad asombrado ante los centenares de artistas y la obra de Bach. Y sin embargo, desde un punto de vista práctico, acaso no sirva para nada. Creo que allí se puede atisbar la gloria del ser humano, (si es que tiene alguna) y me refiero concretamente al Arte. Gracias por tu visita. Un cariño grande.
EliminarQue tema profundo y sin embargo el relato lo vuelve sencillo. Lo del engranaje es tal gráfico como temible y genial. Muy buena idea la de poner el vídeo!
ResponderEliminarGracias Liliana. ¡Me alegra que te haya gustado!
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