miércoles, 12 de abril de 2017

Mi Pasado



Este texto está dedicado a mi hija Florencia

Soy porteño, naci en Parque de los Patricios. Pasé mi niñez en Valentín Alsina. Iba a la escuela pública de mañana, en invierno y con neblina. Bebí mate cocido sobre el pupitre. Tomé la escarcha con la mano. Tuve un perro. Miré a los aviones de la Revolución Libertadora pasar rasantes por el techo de mi casa. Jugué al fútbol en los potreros. Y en la tercera división del club Dock Sud. Fui a los bailes de carnaval de mi barrio. Arrojé papel picado. Tiré bombitas de agua. Veraneé en San Bernardo con mi vieja. Conocí, de chiquito, Mar del Plata. Alquilé botes en los lagos de Palermo. Anduve a caballo en el parque Pereyra Iraola. Fui a los picnics de primavera. Tuve un amor romántico adolescente. Vi actuar a Los Shakers, a Sandro y los de Fuego y a Leonardo Favio. Jugué al billar en el Café de Lamas. Y al papi-futbol en el club del Sindicato. Fui timbero, jugué póker con mis amigos hasta bien entrada la madrugada; y al monte y la lotería con mi familia en mi casa. Vi la tele en blanco y negro. Sé quién es el Cisco Kid. Mi viejo me llevó al Parque Retiro. Subí a la montaña rusa del Ital Park. Fui a comprar Revolver de Los Beatles a la disquería de mi barrio. Vi jugar a Corbatta y a Federico Sacchi. Estuve en la cancha de Racing viendo el partido final de la Copa del Mundo. Participé de los festejos en la Avenida Mitre. Vi en directo por TV el gol del Chango Cárdenas.  Me recibí en el colegio Carlos Pellegrini. Lo vi a Nicolino en el Luna Park. Hablé con Borges en la Biblioteca Nacional. Viajé a Paraguay y penetré en la selva con el auto. Crucé en balsa el río Bermejo  y pasé la frontera en bote por el río Pilcomayo. Me trepé a hormigueros gigantes en el Chaco. Viajé en un avión a hélice hasta Concordia. Caminé por la inundación de mi barrio con cables flotando y el agua hasta el cuello. Tuve una barra de amigos inolvidable. Un policía me apuntó con la pistola a la cabeza. Conocí Villa Gesell cuando no la conocía nadie. Hice fogones al atardecer mientras cantábamos al amparo del fuego. Le compré un disco a Barocela en la avenida Tres.  En una servilleta le escribí “Te quiero” al amor de mi vida, antes que ella partiera en el micro de  Antón. Me casé y tuve una hija. Intercambié correspondencia con Ernesto Sábato. Vi el estreno de El Último Tango en París cuando desalojamos la sala por amenaza de bomba. Conocí al Padre Mugica en tiempos muy duros. Y fui a su velorio.  Me tocó ver a Alberto Cortez, en el Coliseo, a su regreso de España. Y luego a Queen en el estadio de Vélez.  Y también a Paul en la cancha de River. Y a Sabina en el Luna. Y a Chico Novarro y a Eladia juntos en Gesell.  Y a Tom Jones en el Gran Rex.  Vi al negro Rubén Juárez en el Café Homero, al Polaco Goyeneche en Caño 14 y a Edmundo Rivero en El Viejo Almacén. Estuve en Montevideo un par de veces. Viajé con mi familia en auto al Brasil. Conocí el sur de mi país. Bariloche. Subí al cerro Chapelco y navegué el lago Lacar. Crucé a Pirihueico en Chile. Brindé con los carabineros con pisco en la misma frontera. Bebí en los bares más oscuros de Buenos Aires. No sé si tomé tanta ginebra como Luca, pero anduve cerca. Cierto mediodía, brindamos junto a Pappo con Gancia en la barra de un bar de la Avenida de Mayo. Tuve unos cuantos amores, a algunas les escribí poemas y a otras no. Y además un amor especial que voló mi  cabeza. Viajé a Nueva York. Canté junto a Florencia frente al Radio City. Me subí al último piso de las Torres Gemelas.  Y luego estuve en Miami. Y di vueltas en un carrusel de Disneyworld, montado a caballo en la calesita. Después me perdí por las rutas de Orlando, camino a Tampa. Fui muy feliz, claro. Y cuando se dio la chance fumé porros y aspiré sustancias, más o menos, no me privé de nada. Llevo dos novelas escritas (una editada) y un libro de poemas y tengo material para otros tantos. Compuse más de cien canciones con mi hermano Cali. Y Ahora, desde hace un tiempo, en el otoño de mi vida, me suelo tomar la historia de una manera algo más calma. Observo las cosas que pasaron con una mirada lejana, tanto de las pasiones  como del temblor de los años. A veces almuerzo con mi hija (que me dio dos nietas alemanas) y  hablamos, en perspectiva, de los próximos años. Florencia es un sol para mí pero es realista y extraordinaria. Conversamos con lucidez y los dos sabemos que el tiempo pasa. Está preocupada. No quiere que cuando me vaya todo haya sido en vano.

Y yo la tranquilizo, claro, y le cuento las cosas que ella no sabe de mi pasado.


©2017

22 comentarios:

  1. Me dejaste sin aliento Nes. Al principio sentí como un vértigo y no entendía bien lo que pasaba. Lo leí dos veces. Te felicito, a mí me impresionó mucho.

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  2. Gracias Carlita por el comentario. En realidad el texto salió luego de una larga charla que tuve con mi hija. Quise ponerlo en el blog. Sentí que debía hacerlo. Te mando un abrazo.

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  3. Aprovechada y bien aprovechada, la vida te brindo y tu lo acogiste, lo viviste, lo disfrutaste, experimentaste, gestionaste, hoy todo forma, seguro parte de tu como, tu porque, eres de esta manera, experiencias vividas, experiencias sentidas, que forman seguro un tu mismos en ti.
    Aún queda mucho viaje, Néstor me gusto mucho leer todo esto, incluso me causo ganas de haber sido yo el personaje.
    Siempre digo "solo VIVE" pues eso esto literalmente, si es vivir.
    Néstor un beso amigo.

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  4. Hace un par de días tuve una charla muy madura con mi hija acerca de variados temas, incluyendo a la muerte. En especial la mía. De allí salió este texto para ella. Para aventar sus preocupaciones. A veces hay aspectos de la vida de los padres que los hijos desconocen. Te mando un cariño grande Carmen. Y espero que estés disfrutando de la primavera!

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  5. Graciela Di Marco13 de abril de 2017, 9:47

    Que vida agitada que has tenido Néstor. Y cuánta memoria para recordarla. Te felicito por las dos cosas, por tu vida y por tu memoria. Un beso grande.

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  6. Te agradezco Graciela. Hablo de mi "viejo" pasado en el texto. Del más reciente mucho no me acuerdo mucho :)Te mando un beso. Gracias por leerme y por el comentario.

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  7. Tuviste y tienes una vida rica en experiencias que cultivan no sólo al intelecto, sino al alma. No en vano eres cómo eres: cabal, generoso, CABALLERO y con todo ese sentimentalismo que desbordas cuando escribes con lágrimas en el corazón como sé que escribiste este texto.

    Florencia puede sentirse en paz porque cuando te vayas que dé por seguro que tu vida tan vívida y tan bien vivida no fue para NADA en vano. Sólo te falta una sola cosa: llevarme a conocer Villa Gesell, aunque ya haya sido conocida por todo tu pueblo argentino.

    Soberbio escrito, Néstor tan querido. Un abrazo full para ti y para tu amada familia, en especial, para Florencia. Te quiero, eres un AMIGO como pocos. SOFIAMA

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  8. Gracias Sofy. Eres muy amable. Has interpretado lo emotivo del texto. Desde ya que un día te llevaré a conocer Villa Gesell.

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    1. Pues te recuerdo, planifica el viaje, jajaja. No me gustan las promesas incumplidas. Besitos, amigo bello. SOFIAMA.

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    2. Pues bueno. Ya mismo me pongo a planificarlo! Un beso corazón. ¡Que pases lindos días!

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  9. Néstor, tengo un nudo en la garganta que no puedo deshacer, bebí el relato de un sorbo que me ahoga como un trago demasiado grande de ginebra, tengo el corazón desolado, me llevaste por demasiados recuerdos de una sola trompada. Y eso que sé que podés escribir estas cosas magníficas, profundas, a veces dolorosas, aún advertido de eso no logro recuperarme. Un abrazo.
    Ariel

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  10. Gracias Ariel. Somos de la misma generación y es probable que algunas cosas de este torbellino de emociones te hayan llegado muy profundo. Te mando un fuerte abrazo.

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  11. Relato muy creativo Néstor. Ya que en un breve texto das con presición una idea de lo que para vos han sido los hechos importantes de tu vida. No me cabe duda de que con ese espíritu tan positivo, en algunos años vas a poder agregar más aportes significativos a este relato

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  12. Ciertamente he tenido una buena vida Guille. Sencilla, si se quiere, pero bastante movida y rica en episodios y viajes. Gracias por el comentario. te mando un fuerte abrazo.

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  13. Ahh no. Así no vale, Nes. Yo también quiero que me lleves a Gesell ¿Podrás?

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    1. Jajjajaa. Me has hecho reír mucho Carla. Este es un blog literario (Por lo menos a eso aspiro) y de ningún modo un blog turístico :) Y si bien es virtual, los kilómetros geográficos siguen siendo reales. Igual que las distancias. Además, vos ya estuviste en Gesell! Un beso grande mujer. Gracias por aportar tu frescura. Espero que pases una fabulosa Semana Santa!

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  14. Nestor has vivido una vida muy intensa y tienes una buena memoria para recordar hasta pequeñas anécdotas. Tu hija guardará un buen recuerdo de esta misiva. Pero piensa que te queda mucha vida por vivir. Un abrazo

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    1. Gracias María del Carmen por tu visita.Ciertamente que no he bajado la guardia. Pienso dar pelea hasta el final. El texto solo tuvo el propósito de hacerle saber algunas cosas a mi hija. Otro abrazo.

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  15. Me has sorprendido, con esos recuerdos que de a poco los atrapas con una red. Salidos ya del mar, la historia nos hace parte de ti de una manera tan sincera que es difícil no poner los ojos rotos, o de repente, flexionar los labios. Con esa fogata a los pies, con esa melodía de canciones, con esos poemas no escritos. Dejas un halo brilloso en un río calmo, se borra al ser presa de la corriente. De verdad disfruto de tus letras.

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  16. Que alegría verte por aquí Bella. Y más aún que disfrutes de lo que escribo. Ha sido un esbozo autobiográfico para que mi hija supiera algo de mi pasado. Nada más (y acaso nada menos) que eso.

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  17. Extraordinario! impactante. Casi el guión de autobiografía! Un "Confieso que he vivido" propio.

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  18. Gracias Lili. Probablemente mi vida no haya tenido trascendencia. Puede que así sea. Pero también fue bella y agitada y llena de amor. Y con eso me alcanza.

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