Todo
debió terminar en el año 2010.
La vida nos permite esa visión
retrospectiva de las cosas. Humanos al fin, estamos atrapados entre el tiempo y
la muerte. La finitud nos acosa durante la noche. El azar (¿El destino?) juega
sus cartas y nosotros sentados a la mesa de baccará,
apostando, a veces por el punto, a veces por la banca. Sin demasiada convicción
y sin ninguna certidumbre.
Me tiene cansado este milenio.
Soy claramente un hombre del siglo anterior.
Al principio me dejé deslumbrar, vagamente, por la amplitud de los cuatro
dígitos.
Al principio, nada más. Ahora solamente estoy
hastiado.
Contemplo desde esa misma finitud la
acumulación insensata de años y no alcanzo a darle crédito al paso del tiempo.
¿Hasta cuándo viviré? ¿2020? ¿2030?
Sé perfectamente que no debo hacer ese tipo
de preguntas.
Ya aparecerán para refutarme los paladines de
la incertidumbre. Algunos hablarán de Dios y otros de mi conveniencia.
Lo cierto es que el 2010 fue un año fabuloso.
Por eso pienso que todo debió terminar para ése tiempo. Estaba tan sano y te
amaba tanto que cuando me pongo a mirar las fotos siento como si las propias
imágenes vacilaran. Y entonces la incredulidad me hace alejar de la pantalla.
Después experimento una leve desconfianza.
¿Será cierto todo eso?
¿Realmente te pasaba a buscar por Castelar
los viernes por la tarde?
Muchas veces nos hacemos preguntas que no
tienen respuesta. Recuerdo aquella primera vez en la habitación ejecutiva del
hotel. Y el spa y el hidromasaje y la botella de Fresitas en el frigo bar.
Tenerte para mí siempre fue una fiesta.
Éramos un triángulo amoroso. Tú y yo y el
Fresita.
Ahora la soledad se ha hecho carne en mí.
Estoy tan solo como un agujero negro en la constelación de Andrómeda. Soy un
ser humano del centro de la galaxia.
Y tú, razonablemente vives feliz junto a tu
hijo en Italia.
Todo eso pasó en el año 2010.
Hace ya bastante tiempo y tengo que
aceptarlo.
No sé muy bien por qué me puse a recordarlo.
©2017
Realmente Nes tengo la obligación de decirte que nadie escribe estas cosas como vos. Es una reflexión acerca del pasado y del amor perdido que no he podido ver en ningun otro lado. Muy bueno todo el texto. Muy bueno todo. Espero que estés bien. Te mando un beso grande desde mi invierno serrano.
ResponderEliminarGracias Carlita. El invierno se ha desatado en todas partes. Me alegra que te haya gustado la publicación. Cuidate.
EliminarEste texto es increíble. En pocas palabras has puesto sobre la mesa muchas de las mas profundas cuestiones humanas. Lo he leído anoche y ahora lo he vuelto a leer. Solo me queda felicitarte. ANDREA.
ResponderEliminarGracias Andrea ¡Eres muy amable!
EliminarSentí el paso del tiempo en forma severa, no como cuando era un chico que apenas alcanzaba a imaginarme un reloj en el que titilaba el paso del segundero, cuando la palabra siempre la escribía con minúscula. Imaginé una sombra, un abismo que acecha, y el efecto que me produce ver una fotografía con mi imagen cuando era más joven. Esas cosas me pasan por la cabeza con más intensidad que hace unos años. Quizás estas sean unas de las razones por las cuales este texto me ha sensibilizado, pero este grupo está de este lado, en el otro lado está el estilo de tu narrativa, la contundencia, la prolijidad y el embrujo para conducir al lector. Las reflexiones y los interrogantes que tiene este relato me han revolucionado los pensamientos, las emociones, los recuerdos. Espléndido, Néstor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ariel
Ciertamente el propio tiempo se encarga de hacernos cambiar los parámetros y la opinión que nosotros mismos tenemos de su paso. 2017 Ariel. Esto está descontrolado. Gracias por los elogios. Un fuerte abrazo.
EliminarMe he introducido en tu relato haciéndolo mío, un recuerdo que nos lleva a un amor y retomar esa fantástica fiesta, un añorado amor que se rompió y que nunca puedes olvidar. Maravillosa forma de contarlo. Un abrazo
ResponderEliminarMaría del Carmen ¡Qué alegría tenerte por aquí! Es de una gran felicidad para mí que visites el blog y que te guste el relato. Espero que pases bellos días allá en Europa.
EliminarQué nostálgico estás, amigo querido, pero tu calidad narrativa sigue siendo extraordinaria. En lo particular, detesto la tal Fresita, pero supongo que contigo, debió ser pasable, jajaja. Besitos, Corazón. Te requiero full. SOFIAMA.
ResponderEliminarHola Sofy. Si quieres la cambiamos por un dorado Chandón de Mendoza. Por vos soy capaz de todo! Beso grande.
EliminarAhora me sorprendió lo breve. Pero transmtís claramente tu sentimiento actual potenciado por los días que estabas pasando. Relato bueno y conmovedor
ResponderEliminarHola "Unknown". ¿Que pasó Guille? Gracias por el comentario. Fijate en usar "Responder como" nombre/URL. Un abrazo.
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