lunes, 1 de febrero de 2021

Don Juan


 

                Don Juan está bastante agotado y siente ganas de dormir. Por momentos lo agobia el casco. Ese morrión algo curvo que siempre solía vestir su cabeza, en  la expedición y en la batalla. El suyo era de ala ancha y lo cubría por delante y por detrás y siempre le gustaba mucho usarlo, pero aquel día tan ajetreado, sin embargo, sintió que  le empezaba a molestar.     

Siendo un caballero y un personaje notable,  tal vez  hubiera podido utilizar un yelmo de los que usaban los nobles, pero él siempre lo había descartado. Apartó también la coraza y la colocó detrás porque ya no necesitaba ni la armadura ni el arnés.

Don Juan miró a lo lejos para descansar la vista y pasó por su cara un pañuelo blanco. Le asombraba mucho el extenso horizonte del estuario. Aquella mezcla entre río y mar que nunca había visto en otro lugar del mundo. Sentía que el atardecer de invierno le otorgaba al paisaje una incierta melancolía y también se puso melancólico.

Recordaba aquel primer viaje a América a los quince años con mucha ternura. Su tío, un Adelantado, lo trajo en un agitado trayecto y ya no regresó nunca más. Poco quedaba en su memoria de los recuerdos de la niñez en Vizcaya. Esta nueva tierra tan salvaje y diferente le había rodeado la vida y ya nunca pudo escapar. 

De todos modos,  pasados los cincuenta años se sentía un hombre feliz. Su tío el Adelantado, había muerto y otro lo había reemplazado. De él recibió las órdenes de fundar una ciudad junto a aquel río extraordinario y hoy  había terminado de cumplirlas. La ciudad y el puerto habían sido fundados.

Y bien que cumplió los requisitos. Plantó el «árbol de justicia» o símbolo de la ciudad, y tal como se acostumbraba y era obligatorio, blandió la espada en las cuatro direcciones y dio un tajo a la tierra para señalar la posesión.  La ciudad se llamaría Santísima Trinidad y el puerto Santa María del Buen Ayre.

Lo dejó todo bien aclarado en el acta fundacional.

Llegaron junto a él desde Asunción unas doscientas personas y 63 iban a quedarse a vivir. Sabían que arriesgaban sus vidas permaciendo allí pero no les importaba.  Para ellos parceló las tierras y otorgó los terrenos para que edificaran sus casas.

Por eso estaba feliz, pero con mucho sueño y cansancio.

Un misterio existencial acompañó sus pensamientos nostálgicos. ¿Qué pasaría con aquella ciudad?, se preguntó. Y desde ya que no obtuvo respuesta alguna. Acaso creciera  y se volviera próspera y grande. Acaso fuera destruida pronto.

Eran todos interrogantes inútiles y con muy poco sentido. Don Juan era un hombre creyente y sabía que todas aquellas preguntas tan solo podrían ser respondidas por Dios.

El sueño después se acentuó, sus párpados comenzaron a pesarle en la mirada.  Entonces Don Juan entrecerró  los ojos y casi sin darse cuenta, comenzó a dormirse poco a poco.

 

   ©2021                                                                                       


20 comentarios:

  1. ¡Fantástico! Esa recreación de un momento fundacional me ha llegado mucho al corazón.

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  2. Muy bueno y original! Y ese interrogante del final: qué pasaría? crecería o sería destruida? Se imaginaría hasta donde llegaría? Muy creativo

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  3. Gran trabajo Nes. Super-original y también emotivo. Aplausos.

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  4. Me ha parecido magnífico e imaginativo. Muy bueno!

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  5. Que lindo escribís ¿Nos conocemos? un placer para mi encontrar a un argentino- Extraño a veces mucho.- Gracias por compartir tus palabras con nosotros
    Beso

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    1. Ciertamente hemos mantenido contacto. No muy intenso Mucha, pero teníamos visitas y comentarios. Luego los avatares de la web y también los personales suelen ir variando. Siempre me ha gustado mucho tu estilo. Ese desparpajo medido. Esa frescura y esa calidad de lo que publicas tiene algo de argentino, claro. Pero también tiene el clima literario (y geográfico) de la querida Miami. Procuraré retomar y mantener nuestro contacto. Otro beso.

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    1. Ya no Mucha, si es que alguna vez la tuve. ¿Para que habría de necesitarla?

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  7. Alicia Carmen Vullo2 de febrero de 2021, 8:19

    Que imaginación increíble...¡Bravo!

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  8. Una hermosa y dulce forma de llegar al final del camino. Fascinada con las imágenes tan bien logradas y con esa imaginación tan seductora que te adorna. Full abrazo y felicitaciones, amigo tan querido. SOFIAMA

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  9. Muchas gracias por la visita y los elogios Sofy. Cariños para ti. Cuídate.

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  10. Te felicito Néstor. Este tipo de narrativa conjetural no es fácil de abordar. Y tu lo has hecho muy bien!

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  11. Gracias Diego. Te mando un abrazo.

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  12. Vení a jugar a las letras algo diferente hoy
    un abrazo

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  13. Excelentemente bien escrito y pulidísimo. Perfecto.

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